Júlia Arboix es una artista pictórica que explora la existencia humana a través de la filosofía Zen, la estética wabi-sabi y sus vivencias en paisajes fríos y solitarios. Su colección más conocida, Gèlida, refleja la quietud y el vacío como  formas de belleza efímera. La oscuridad, un elemento presente en su obra, no es ausencia, sino un espacio lleno de matices y significados.

Su arte va más allá de la representación abstracto-naturalista, convirtiéndose en un diálogo entre lo visible y lo invisible. La luz y la oscuridad, la presencia y la desaparición, forman parte esencial de su lenguaje visual. Su técnica combina acrílico con texturas como yeso, escayola y mármol, creando superficies que evocan la relación física con la obra y la belleza oculta en el gesto más sencillo.

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                                                          CURRÍCULUM VITAE

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Júlia Arboix se formó en la Escola d'Arts i Oficis de Vic, donde aprendió escultura, dibujo y pintura. Posteriormente, en la Academia Espai d’Art de Barcelona, se especializó en arte matérico y en la exploración de materiales diversos. Paralelamente, se graduó en Humanidades con mención en Estudios del Pensamiento, especializándose en filosofía y orientalismo.

Esta combinación de formación artística y filosófica impregna su obra de una profundidad conceptual que trasciende la imagen, abriendo un espacio de reflexión sobre la percepción, el tiempo y la naturaleza.

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